jueves, diciembre 16, 2010

Silencio de luz

Mi madre nunca dijo
que llega pronto el atardecer
cuando se le ignora,
simplemente dejó de hablar,
se llenaron de luna sus ojos
y brotó de su pecho un enjambre
de sombras.

Sombra, silencio de luz,
pausa en la mirada del tiempo,
mutis en el escenario que se reconstruye
día con día,
calle que nos ve pasar
a la ceniza de la tarde
al luto de la noche
y de nuevo al alba;
navaja de luz
en la yugular que late resignada
en las pupilas que se abren
y buscan devorarlo todo
- todo –
porque saben que cerrándose
no habrá marcha atrás,
sólo ese silencio de luz por los cuatro costados
y el triste recuerdo
de que siempre fuimos cadáveres vivientes.

domingo, septiembre 19, 2010

Negro

A mi padre,
donde quiera que se encuentre




De negro la tarde se pinta,
de negro
y mi corazón en la tierra
que hoy te devora,
de negro el cielo, de negro mi vida,
de negro los ojos de mi madre
que hoy se abren al abismo.

Negro
¿por qué el negro en la tumba?
¿Por qué no el blanco, el amarillo?
¿Por qué negro tu traje?
Negro el aposento que hoy te guarda.

Negro, pinche negro.

Y en las piedras dejo mi sangre,
me escarbo la memoria
y tu traje verde al final de aquel llano,
santifico mis recuerdos
y un grito desde tu habitación me llama

Negro,
roca y tierra de este agosto
que hoy, a las tres de la tarde,
parte contigo hacia el negro
infinito de la noche.

domingo, septiembre 12, 2010

Sin Título

Así, de tajo, el corazón arráncame,
llévate de una vez todos los días y sus horas
llévate mi aliento y el grito que ahora mudo te invoca.
Así, de tajo, arráncame lo que de vida queda
en este pedazo de carne
que lento
agoniza...

domingo, junio 27, 2010

De Cuauhtémoc a San Antonio

Un gran trozo de carne, miradas infinitas y rostros distantes, diversos aromas y terribles humores, todos los ruidos y todos los silencios en medio del Periférico, lágrimas entre vagones y esperas interminables, una pareja que discute sobre Avenida Universidad, un hombre que deambula por Insurgentes arrojando su hedor y enrareciendo el aire light de la zona.
La ciudad es una mujer de largos cabellos motorizados, una puta que paciente espera a que alguno se despida de ella entre los vagones de un metro que vomita carne todos los días; y en cada vagón se marcha algo de quienes desesperados le esperan, seres malditos por el tiempo que escurren por las manecillas de un reloj que nunca se detiene. Decapitados, suicidas, locos e indigentes, mujeres en busca de una migaja de amor, secuestradores que planean el siguiente golpe, políticos y su eterno bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla, el narcotráfico que crece y el pan en la mesa de los pobres que escasea. Las telenovelas y su eterno cuento de la sirvienta que se casa con el dueño rico de la mansión y las chachas del Pedregal soñando que algún día, algún día, algún día, algún día (sopas) que algún día se verán como Bárbara Mori o como Thalía y el resto tan solo, tan solo, tan solo que busca a alguien en internet para matar el rato, para cibersexo, para mostrarse desnudo, para sentirse cerca aún estando lejos.
La gente sueña pensando que el sueño algún día dejará de ser sueño para transformarse en una realidad que ya no es realidad en estos días, más bien es una especie de burla, una especie de farsa que obliga a todo mundo a representarla, una realidad que tal vez es un mal sueño y de ese mal sueño nadie, absolutamente nadie, por más gallos que canten, más despertadores que griten y marchas que realicen, despertará, porque este mal sueño es toda una realidad y esta realidad es un mal sueño, aunque alguien diga por ahí que la vida es sueño ¿será acaso que esto es un sueño y pensamos que es la realidad y vivimos esta realidad buscando alcanzar algún sueño? Alguien me dijo hace poco que esta vida ya la había yo vivido antes y que estaba de vuelta porque tenía que evitar los errores que había cometido en mi otra vida, o sea que esta vida y mis vidas anteriores han sido todo un pinche fiasco y me niego rotundamente a pensar, aceptar, considerar siquiera que no he dejado de ser una pendeja y que en todas mis vidas he sido la misma idiota que comete los mismos pinches errores y entonces me pregunto ¿cuántas vidas me faltan para dejar de ser una imbécil? Entonces René me comentó que cuando me percate de ello, en una de mis siguientes vidas, descansaré en santa paz, pero ¿cómo lograré darme cuenta en mis otras vidas que ya la he cagado en estas otras vidas si no llego a estas vidas con un manual que me indique en qué la cague para no volverlo a hacer? Pero esta es mi realidad, una realidad en la que de nuevo busco el sueño porque el insomnio de nuevo es el pan nuestro de cada día, una vida que transcurre en una ciudad como tantas en el mundo, llena de gente pobre que cada día aumenta en número y que los políticos buscan la manera de exterminar. Esta vida ya no es una vida normal, es una vida light, una vida para uno cuantos, para esos que pueden pagar, pagar, pagar, pagar, pagar, pagar y el resto, así de jodidos que estamos, pues no encajamos en la forma light que tiene esta vida hecha para niños light, esos que se pueden tomar la vida más a la ligera, que viajan en camionetas chingonas y no les falta el pan, esos que escuchan raegueton y ven a las relaciones en pareja como la oportunidad de coger, coger, coger, coger hasta el cansancio y utilizan todo tipo de pomaditas y pastillas para durar y durar y durar más, porque para ellos esta vida light que se les regala es eso, sólo una cogida más que se debe disfrutar, para eso están los condones ¿qué no? para eso está el aborto legalizado, para eso está la libertad que ya no es libertad, sino un libertinaje light que se debe aprovechar al máximo.
Libertad, coger, aborto, narcotráfico, decapitados, muertos por aquí, muertos por allá, secuestros, personas que de pronto desaparecen del mapa, frialdad, frialdad, frialdad, frialdad, insensibilidad, frialdad, insensibilidad, frialdad, insensibilidad, pobres, más pobres, un chingo de pobres, la gasolina que sube, sube, sube, sube, sube, el huevo hasta los huevos, la tortilla, el pan… el PAN… Santa Madre de Dios… ¿Dios? ¿Quién es ese Señor? Dios, Dios, Dios, Dios… si vieras cuánta gente muere de hambre, cuánta miseria hay en el mundo, cuántos niños sufren ¿seguirías siendo Dios? Mientras los pobres buscan resignación y fortaleza en las misas no sólo de los domingos a las doce, los santos sólo los observan silentes desde los nichos llenos de veladoras y de incienso porque, ojos tienen pero no ven, oídos tienen pero no oyen, boca tienen pero no hablan… y si hablaran, ¿qué sería lo primero que dirían?
Esta es la ciudad en donde vivo, con su tráfico sobre Avenida San Antonio que mienta madres porque no se avanza, con el metrobús hasta la madre con toda esa gente que regresa del trabajo con las ganas quebradas y con la soledad a cuestas, con el metro lleno de personas que se arriman los sexos buscando sentir, sentir, porque eso, señores, hace mucho, mucho tiempo, que dejamos de hacerlo.

**Del libro "Cuentos del vagón" de próxima aparición.

martes, abril 13, 2010

Neus des Fous

¿Qué es esto
que en dos la cabeza me parte?
Tornasol al final de cada pensamiento,
tornasol y una línea delgada
que funde al rojo con el negro.

¿Qué es esto
que en mi cabeza se desnuda?
Pasos vacilantes,
aturdimiento, vacío,
y es que sólo estar dormido
me sana,
lejos del mundo
en mi lecho de muerte prematura,
lejos de mí
a punto de abordar la Neus des Fous,
añorando el suave transcurrir de los ríos,
porque hijo soy del caos
y la desventura,
hijo de nadie,
huérfano lanzado a los brazos de la locura,
pequeña amante y compañera de cama
¡Maldita!
pueden comenzar los días
y yo abrazado a ella,
puede el sol calentar las carnes del resto
y mi sudor en su baba se transforma,
siempre tibia,

y las noches
¡Oh, las noches!
putas incanzables con sus horas eternas,
alcahuetas de su existencia.

Imagen viva de la falta de voluntad
Soy,
Soy, Yo, Soy, ¿soy?
Nada,
y en mi palma izquierda las tardes
se ocultan,
es mi pecho cristal a punto
de reventar,
en mis ojos anida el tiempo
sin esperanza de dar vida,
un espantapájaros más
en la línea perfecta del horizonte,
¿qué es el horizonte
si no el momento en que Dios Padre
señala tranquilo el paso de los días?
Dios Padre,
Dios Hijo,
Dios Espíritu Santo
y mi blasfemia por sus cuatro costados,
Yo y esta boca mía
con sus palabras llenas de desierto,
Yo y este cruzarme el cuerpo
hasta descubrirme duna,
Yo, duna, Dios… desierto,
Yo y los días que corren y corren
y Yo detrás de ellos sin alcanzarlos,
Yo y el espacio vacío
lleno de puntos suspensivos,
Yo y el grito de mi madre
que se pierde cerca de un río,
Yo y el grito de mi madre
que me lanza al abandono
y me crucifica en su olvido,
Yo en busca de algo, algo, algo,
y el cuerpo de la locura y su peso,
y mi Yo niño arriba de un árbol
y encima de un perro,
y a los cinco años en un vagón de metro
y a los ocho con la figura de un padre inesperado,
indeseado, inacabado, in side
cuando deseaba que fuera out side,
Yo aferrado a esa línea perfecta del horizonteque se esfuma
con el paso de las horas,
Yo, Yo, Yo
¿Yo?
No existe Yo cuando la letanía
rompe el corazón
y los trozos se clavan en la piel de los santos,
¡Nada de mártires en este poema,
lo suplico!
¡Nada de corazones, ni de rezos,
ni de letanías, ni de santos!
de nada sirven los rezos
cuando uno se encuentra a punto
de la locura,
de nada sirve el crucifijo
ni el Padre Nuestro ni el Ave María,
de nada sirve reclamar a mi madre
su abandono
ni a mi padre su escarnio,

de nada el aire que infla mis pulmones
de nada el sol que entra por la ventana
de nada la vida de mis hijos
y la vida que continúa allá afuera,
de nada… nada…
la Nada, hermana bendita de la maldita locura,
en ellas mi vida se parte
y a ellas mi vida se consagra.

¿Qué es esto
que en dos la cabeza me parte?
Ha llegado la hora de abordar
la Neus des Fous,
la quietud de su río me llama.

sábado, enero 02, 2010

De temores y cambios

Todo cambio implica algo de temor. El observar detrás de una puerta, la mudanza hacia otra ciudad, una nueva vida, una nueva relación, un nuevo empleo, incluso un nuevo día implican algo de temor. En este sentido, este año inicia y, con él, los temores y las dudas parecen acentuarse ante una situación económica nada alentadora para todos los mexicanos.
No había escrito nada en este blog porque, la verdad, tuve serias fricciones con el año pasado (que acá entre nos, qué bueno que se largó) y no le veía el caso escribir pura desgracia. Sin lugar a dudas, después de la publicación de los Cuentos para entristecer a payaso y su presentación en Guadalajara y en el Distrito Federal, la vida se tornó tan monótona, tan andar en chinga detrás del dinero, de la sobrevivencia ante un desempleo que no sólo sufre quien estas líneas escribe sino la gran mayoría de los mexicanos, viviendo en un cuarto de hotel cuyo administrador es un desgraciado y hace el papel del malo en la historia, buscando la forma de flotar cuando todo hace que te hundas, t o d o :
tu ex pareja
esos que se dicen tus cuates
la situación con el dinero
el buscar empleos y encontrarte con gente nefasta que se siente tocada por Dios
el hallar empleo y encontrarte con la directora de una editorial (específicamente la de Editores Mexicanos Unidos) a la que no le gusta nadita que vivas en un hotel y, por tanto, te quite el empleo recién hallado
el encontrarte con gente que se dice escritor y que no sabe escribir siquiera en un trozo de papel sanitario (específicamente la mayoría de los pseudoescritores que pertenecen a esa asociación que se denomina ASOLAPO y que dirige la pseudoescritora Luz Samanez y una bola de secuaces de quienes se deben cuidar todos aquellos organizadores de encuentros de poetas en el mundo)
...
en fin... todo cambio implica un temor, todo nuevo inicio implica apostar por el tiempo que viene y agradecer por los amigos verdaderos, por los camaradas y llegar al campo de batalla y, entonces, mostrar la espada y permanecer en guardia ante lo que venga...
temor
todo implica temor
sin embargo, señores, es hora de dejar de lado temores y viejas caídas, es hora de gritar al porvenir y pedir porque vengan nuevos tiempos, tiempos de buena cosecha... todo esto aunque sepamos que el sistema está más podrido que nunca, que se prometió acabar con la pobreza, más no terminar con los pobres ni matarlos de hambre, aunque sepamos que todo, ahora, cuesta más que hace algunos días, aunque sepamos tantas y tantas cosas, nosotros debemos permanecer en este campo de batalla hasta que, lamentablemente, la espada del contrario nos arrebate lo más valioso que ahora tenemos: la vida...
estamos vivos, por tanto y por lógica, vivamos, respiremos, luchemos o como decían los soldados de la Segunda Guerra Mundial: Comamos y bebamos que mañana podemos estar muertos.
¡Salud! Venga pues un nuevo inicio, vengan pues nuevos retos que aquí, en guardia, permanecemos... nada de temores que los cambios son siempre para bien.
CARPE DIEM