jueves, diciembre 16, 2010

Silencio de luz

Mi madre nunca dijo
que llega pronto el atardecer
cuando se le ignora,
simplemente dejó de hablar,
se llenaron de luna sus ojos
y brotó de su pecho un enjambre
de sombras.

Sombra, silencio de luz,
pausa en la mirada del tiempo,
mutis en el escenario que se reconstruye
día con día,
calle que nos ve pasar
a la ceniza de la tarde
al luto de la noche
y de nuevo al alba;
navaja de luz
en la yugular que late resignada
en las pupilas que se abren
y buscan devorarlo todo
- todo –
porque saben que cerrándose
no habrá marcha atrás,
sólo ese silencio de luz por los cuatro costados
y el triste recuerdo
de que siempre fuimos cadáveres vivientes.