domingo, diciembre 04, 2005

Sin Titulo

A las mujeres Tlapanecas

I

No busques, Donata,
alivio en las plegarias de un fraile,
ni beses su cricifijo
ni pidas clemencia,
tu dolor es el nectar que Dios bebe
- reina del hambre -
y son sus gotas las que riegan la tristeza
cotidiana de los dias.

Cierra los ojos, Donata,
cierralos,
y estrella contra los dientes tu abandono.
En el fondo del tejaban
incendia las palabras
y con tus hojas muertas sepulta
ese pan jamas comido
y no reces Donata,
no reces,
que es en vano la misericordia
cuando la yugular
se encuentra en la punta de la espada.