Mi madre nunca dijo
que pronto llega el atardecer cuando se le ignora,
simplemente dejó de hablar,
se llenaron de luna sus ojos
y brotó de su pecho un enjambre de sombras.
Sombra, silencio de luz,
pausa en la mirada del tiempo,
mutis en el escenario que se reconstruye
día con día,
calle que nos ve pasar a la ceniza de la tarde
al luto de la noche
y de nuevo al alba
navaja de luz en la yugular que late resignada
en las pupilas que se abren
y buscan devorarlo todo
- todo –
porque saben que cerrándose no habrá marcha atrás,
sólo ese silencio de luz por los cuatro costados
y el triste recuerdo
de que siempre fuimos cadáveres vivientes.
2 comentarios:
Felicidades me encanto tu analogia
"Sombra, silencio de luz"
esta genial!
sigue asi
Me alegra leer poesía nuevamente en tu blog, entre tanta parafernalia política y la responsabilidad social del poeta, pero siendo franco, prefiero la poesía.
Un abrazo.
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