jueves, julio 18, 2024

Sin título / Sonia Silva-Rosas

Tómame en tus brazos,

Muerte Niña,

y téjeme el cuarto menguante de la luna,

despliega los lunes de mi rosario

y en el treinta y tres guarda un minuto de silencio.

Cóseme los labios,

zurce las palabras a mi lengua

y mi corazón oculta

del sordo lamento de las plegarias.

Dicen:

tienen ojos, pero no ven

tienen oídos, pero no oyen...

Entonces de qué sirven los rezos,

Muerte Niña,

mejor cóselos al corazón,

cercena mis labios

y en cada una de las plegarias de mi madre

sepulta los treinta y tres lunes

y aquel minuto de silencio.

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© De 𝘾𝙪𝙖𝙧𝙩𝙤 𝙈𝙚𝙣𝙜𝙪𝙖𝙣𝙩𝙚. Noctis Ediciones. México. pág. 13