domingo, septiembre 22, 2024

Aclaración

Dejemos el engaño:

pertenecemos al grupo de los ángeles caídos
abandonados,
prófugos de la mirada
de quien se autoproclama Dios
y se dice nuestro Padre:

Ni Dios de Dios
Ni luz de luz,
es la tiniebla en los cuatro puntos
de esta tierra
que hemos elegido como nuestra cárcel

No reces, no ores:
en punto de las tres
los demonios llegan
a comer del pan de tu cuerpo.



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© 𝗗𝗲 𝗡𝗼𝗰𝘁𝗶𝘀 𝗘𝗱𝗶𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀. 𝗠𝗲́𝘅𝗶𝗰𝗼.

jueves, julio 18, 2024

Sin título / Sonia Silva-Rosas

Tómame en tus brazos,

Muerte Niña,

y téjeme el cuarto menguante de la luna,

despliega los lunes de mi rosario

y en el treinta y tres guarda un minuto de silencio.

Cóseme los labios,

zurce las palabras a mi lengua

y mi corazón oculta

del sordo lamento de las plegarias.

Dicen:

tienen ojos, pero no ven

tienen oídos, pero no oyen...

Entonces de qué sirven los rezos,

Muerte Niña,

mejor cóselos al corazón,

cercena mis labios

y en cada una de las plegarias de mi madre

sepulta los treinta y tres lunes

y aquel minuto de silencio.

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© De 𝘾𝙪𝙖𝙧𝙩𝙤 𝙈𝙚𝙣𝙜𝙪𝙖𝙣𝙩𝙚. Noctis Ediciones. México. pág. 13

 


jueves, junio 06, 2024

Instantes

Detrás del velo

gota a gota el tiempo se desmenuza,
lento, agonizante

gota a gota, en mis labios,
éstos que besan
los instantes que pasan
hasta transformarlos en notas de alguna
canción de Madredeus,
hasta dejarlos secos de su néctar de vida

vida

de ella la daga en este mi corazón
de ella el silencio como enjambre en las noches
de ella la ausencia, la soledad, el hastío…

En ella me desmenuzo:
lenta, agonizante,
es ella quien me lanza al tiempo
como hoja seca.
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𝙋𝙤𝙚𝙢𝙖 𝙚𝙣 𝙡𝙞𝙗𝙧𝙤 𝙙𝙚 𝙥𝙧𝙤́𝙭𝙞𝙢𝙖 𝙥𝙪𝙗𝙡𝙞𝙘𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣*

jueves, mayo 30, 2024

Sin título

Todo es un proceso

Todo

El paso a paso que damos todos los días, todo el día; el abrir los ojos por la mañana, el preparar la comida, el proceso de la espera; el pensar -porque uno comienza pensando en algo que termina siendo otra cosa- y el hablar y hablar de un tema -porque incluso la comunicación es un proceso que muchos rompen y que otros más ignoran-. Todo, decía yo, es un proceso: intentar dormir en las noches, llegada la hora, implica un proceso, un tipo de negociación con uno mismo para tratar de convencerse que dormir es necesario, y cerrar los ojos y comenzar -entonces- el proceso de fingir que se duerme para que, al final, se logre el objetivo, y ahí, en el sueño, cumplir más procesos mientras que el cerebro, activo, hace trampa y se desvela. Todo -prosigo- es un proceso: pensar, saber hacia dónde caminar y decidir conforme se avanza. El proceso de decidir algo y cerrar los ojos esperando los resultados. Estar aquí, frente a la computadora, elaborando el proceso de estas palabras. Todo, absolutamente todo, es un proceso, el amanecer que da paso a la tarde y luego a la noche, la madrugada... y de nuevo el día y el sol lechoso en la ventana de quien (en su proceso) abre los ojos y encuentra la luz detrás de las cortinas. Todo es un proceso que, paso a paso, nos conduce a nuestra mortaja y, después de mortaja, iniciar el proceso de la carne a la ceniza y de la ceniza al viento, que también cumple un proceso.

 

© Noctis Ediciones / Libro en proceso*