domingo, marzo 19, 2023

Proceso / Sonia Silva-Rosas

 Todo es un proceso

Todo

El paso a paso que damos todos los días, todo el día; el abrir los ojos por la mañana, el preparar la comida, el proceso de la espera; el pensar -porque uno comienza pensando en algo que termina siendo otra cosa- y el hablar y hablar de un tema -porque incluso la comunicación es un proceso que muchos rompen y que otros más ignoran-. Todo, decía yo, es un proceso: intentar dormir en las noches, llegada la hora, implica un proceso, un tipo de negociación con uno mismo para tratar de convencerse de que dormir es necesario, y cerrar los ojos y comenzar -entonces- el proceso de fingir que se duerme para que, al final, se logre el objetivo, y ahí, en el sueño, cumplir más procesos mientras que el cerebro, activo, hace trampa y se desvela. Todo, prosigo, es un proceso: pensar, saber hacia dónde caminar y decidir conforme se avanza. El proceso de decidir algo y cerrar los ojos esperando los resultados. Estar aquí, frente a la computadora, elaborando el proceso de estas palabras. Todo, absolutamente todo, es un proceso, el amanecer que da paso a la tarde y luego a la noche, la madrugada... y de nuevo el día y el sol lechoso en la ventana de quien (en su proceso) abre los ojos y encuentra la luz detrás de las cortinas. Todo es un proceso que, paso a paso, nos conduce a nuestra mortaja y, después de mortaja, iniciar el proceso de la carne a la ceniza y de la ceniza al viento, que también cumple un proceso.

© Libro de próxima edición



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